¿Cuáles son los beneficios de la formalidad?

Tener una relación laboral formal o cotizar siendo trabajador independiente brinda seguridad, estabilidad y acceso a beneficios como salud, previsión y seguridad social. A continuación, se detalla el listado de beneficios para trabajadores y empleadores.

Beneficios

Pensión de vejez, invalidez o sobrevivencia

Cada mes que trabajas formalmente, aportas a tu fondo de pensión. Esto te permite construir un ahorro que, al momento de jubilar, se convierte en ingresos mensuales. Asimismo, accedes al seguro de invalidez y sobrevivencia.

Acceso a salud para ti y tu familia

Con tus cotizaciones de salud, puedes atenderte en Fonasa o una Isapre, tienes acceso a cobertura para bonos, consultas médicas, hospitalización y tratamientos.

 

Licencias médicas pagadas

Si te enfermas, tienes un accidente o necesitas tratamiento, puedes acceder a una licencia médica que te otorgue reposo laboral y si cumples los requisitos de afiliación y cotización podrás seguir recibiendo ingresos a través de un subsidio. Solo es posible si estás al día con tus cotizaciones.

Derecho a vacaciones pagadas

Si eres trabajador dependiente, con contrato de trabajo formal, tienes derecho a 15 días hábiles de vacaciones al año, y te siguen pagando tu remuneración durante ese tiempo. En algunos casos, tendrás 20 días hábiles de vacaciones al año.

Descansar es un derecho, no un lujo.

Permisos parentales

Si tienes un hijo o hija, puedes acceder a pre y postnatal, licencias por enfermedad grave, y subsidios como el de la Ley SANNA, que permite cuidar a tu hijo/a con cáncer u otra enfermedad grave.

 

Seguro de cesantía para el trabajador dependiente

Como trabajador dependiente formal y habiendo cotizado, si pierdes tu trabajo, puedes recibir apoyo económico mientras encuentras uno nuevo. El seguro de cesantía se activa solo si estás cotizando formalmente. Es un respaldo clave en tiempos de difíciles.

Protección en caso de accidente o enfermedad laboral

El seguro de la Ley ATEP cubre atención médica gratuita, licencias, rehabilitación y subsidios si te accidentas en el trabajo o camino a él o si sufres una enfermedad de origen profesional.

Aportes del empleador a tu seguridad social

Como trabajador dependiente formal, no solo tú aportas: cuando tienes un contrato de trabajo, tu empleador también contribuye a tu fondo de pensión,  al seguro de cesantía y al seguro por accidentes el trabajo y enfermedades profesionales.

Acceso a créditos con mejores condiciones

Al tener ingresos formales y cotizaciones al día, puedes demostrar tu capacidad de pago. Esto te permite postular a créditos con mejores tasas: hipotecarios, automotrices, personales.

Antigüedad laboral y estabilidad con contrato de trabajo

Cada mes trabajando con contrato de trabajo cuenta como antigüedad. Esto te puede dar derecho a indemnización si te despiden, dependiendo la causal, devengar vacaciones y mejora tus condiciones laborales con el tiempo.

Acceso a beneficios estatales

 

Muchos subsidios y ayudas del Estado (habitacionales, escolares, asignación familiar, PGU) exigen estar trabajando formalmente. 

Estar en el sistema te permite recibir apoyo cuando lo necesitas.

 

Facilidad para arrendar o postular a vivienda

Demostrar ingresos formales es clave para acceder a arriendos, subsidios habitacionales o postular a un crédito hipotecario. Con contrato o boletas de honorario y cotizaciones, tu trabajo se convierte en respaldo.

Aportes familiares en caso de fallecimiento

Si falleces cotizando, tu familia puede recibir una pensión de sobrevivencia y una cuota mortuoria para cubrir gastos funerarios

Mayor protección legal contrato de trabajo

Si eres trabajador dependiente, con contrato y cotizaciones, tus labores estarán protegidas por el Código del Trabajo y tendrás acceso a todos los derechos que la ley le otorga a los trabajadores. Además, estarás en una mejor posición para reclamar ante la Dirección del Trabajo o tribunales si tus derechos son vulnerados. Sin formalidad, es mucho más difícil.

Vacaciones progresivas si eres trabajador dependiente

Si llevas 10 años cotizando en cualquier sistema previsional en Chile, y ya cumpliste 3 años trabajando con el mismo empleador, tienes derecho a un día adicional de vacaciones por cada tres años trabajados con ese empleador.

 

Empleadores

Conoce el caso de Javier, 45 años

Javier tiene una tienda de ropa y varios trabajadores a su cargo. Para ahorrar dinero, decidió contratar a Laura sin firmar un contrato ni realizar sus cotizaciones previsionales.

Todo parecía ir bien, hasta que un día Laura sufrió un accidente mientras ordenaba mercadería en la bodega. Se fracturó el tobillo y no pudo volver a trabajar por varias semanas.

Como Laura no estaba formalizada, Javier enfrentó denuncias y demandas a partir de las cuales tuvo que hacerse cargo de indemnizar todos los gastos médicos, daños y perjuicios sufridos por Lauda. Además tuvo que pagar las cotizaciones pendientes, con reajustes, intereses y multas; así como seguir pagando su sueldo durante la recuperación. Enfrentó multas por incumplir distintas obligaciones de la legislación laboral.

¿Qué aprendió Javier?

Al no formalizar, Javier tuvo que asumir, entre otros:

  • Multas por incumplir la ley laboral.
  • Todos los costos médicos e indemnizaciones del accidente.
  • Pago de cotizaciones pendientes con intereses, reajustes y multas.
  • Pérdida de la confianza de sus trabajadores.

Más
beneficios

No escriturar el contrato y pagar cotizaciones tiene consecuencias

La falta de escrituración del contrato de trabajo es una infracción que puede ser sancionada con una multa de entre 1 y 5 UTM, la cual puede duplicarse o triplicarse tratándose de medianas o grandes empresas respectivamente. El no pago de cotizaciones, también está sujeto a multas por trabajador y por mes trabajado. El monto depende del tipo de cotización.

Además, si se inicia un juicio laboral, por no escriturar el contrato el empleador enfrentará una desventaja importante: se presumirá que todas las condiciones del contrato son las que declare el trabajador, salvo que se pruebe lo contrario. En caso de no pagar cotizaciones, además de deber pagarlas con intereses, reajustes y multas, se expone a sanciones importantes como la nulidad del despido e incluso a sanciones penales.

Por eso, formalizar correctamente el contrato, por escrito y firmado, y pagar cotizaciones no solo cumple con la ley, sino que protege legalmente al empleador frente a posibles conflictos.

Trabajadores

Conoce el caso de Laura, 32 años

Laura trabaja como vendedora en una tienda de ropa. Un día, mientras organizaba cajas pesadas en la bodega, resbaló bajando una escalera y se fracturó el tobillo. El accidente la dejó sin poder trabajar durante dos meses.

Cuando fue al centro de salud, se dio cuenta de algo grave: no estaba registrada en el sistema, por lo que no podía acceder al Seguro de Accidentes del Trabajo ni a los beneficios de la Seguridad Social.

Al no tener contrato ni cotizaciones previsionales:

  • No recibió atención médica por parte del Organismo Administrador del Seguro de la Ley ATEP.
  • No recibió cobertura de su Isapre por las prestaciones médicas recibidas en el centro asistencial.
  • No accedió a subsidios por incapacidad laboral.

¿Qué habría pasado si Laura estuviera formalizada?

Con un contrato y cotizaciones al día, Laura habría tenido acceso a:

  • Atención en el Organismo Administrador del Seguro de la Ley ATEP (ISL o Mutualidad de empleadores)Seguro de accidentes laborales.
  • Licencia médica pagada.
  • Cobertura de su Isapre.

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